SIETE
Toda
Clase de Milagros
Cuando por fin salimos
del nicho de la pared del Jardín y volvimos a las Tierras de los Sin Techo, me
sorprendió ver una larga limusina negra ahí parada, esperándonos. Parecía
bastante fuera de lugar, estando en ese tipo de zona donde las palabras
“asqueroso” y “abominable” cobran nuevos y extremos significados. Eché un
vistazo alrededor, pero la gente había desaparecido, probablemente para
descansar después de su último festín. Julien Advent estaba ya abriendo la
puerta trasera de la limusina. Yo me quedé ahí quieto y tosí
significativamente. Julien me miró y sonrió con calma.
- Yo he pedido el
coche. Mi estómago ha tenido ya bastante de viajar por Fisuras Temporales
Portátiles y el resto de mi cuerpo se ha puesto en huelga por unas condiciones
laborales mejores. Ahora tú representas a las Autoridades, John, así que tienes
derecho a esas pequeñas ventajas que acarrea tu nuevo puesto.
- Cierto- dije- Pero tú
correrás con los gastos de esto, no yo.
Julien volvió a
sonreír.
- Estás aprendiendo.
Ahora entra para que pueda cerrar la puerta. Se está escapando el calor.
Me deslicé en el
asiento trasero y Julien me siguió rápidamente. La puerta se cerró al sentarse
él sin hacer apenas ruido. Me acomodé en el acolchado asiento y dejé escapar un
enorme suspiro de placer, mientras mis músculos podían volver a relajarse.
Julien descolgó el telefonillo y le dijo al conductor a dónde ir. Un conductor
uniformado, por supuesto, aunque rápidamente me di cuenta de que sería mejor
llamarle conductora. Una joven alta y elegante en un uniforme blanco, que
además llevaba una gorra de cuero blanco sobre su pelo rapado rubio albino.
Asintió brevemente a Julien, sin girarse para mirarlo.
- Claro, jefe.
Abróchense los cinturones; va a ser un viaje movidito.
Entonces se levantó un
cristal en mitad de la limusina, separándonos de la conductora. En parte porque
Julien sabía que había todo tipo de preguntas que quería hacerle, acerca de
cómo se conocían ellos dos. Uno nunca se cansa de saber cotilleos. Julien ya
había abierto la puerta del bar, mostrando un montón de botellas de cristal muy
brillantes. Se sirvió un brandy muy bueno en una copa, pero yo cogí uno de los
decantadores. Julien me miró enfadado. Le sonreí y le señalé con el recipiente.
- ¿Algo para picar por
aquí? ¿Jefe?
- No- dijo Julien muy
firmemente, cerrando la puerta antes de que me pusiera a rebuscar- Pero la
limusina cuenta con asientos proyectables, para los pasajeros que abusen de la
hospitalidad. No digas que no te lo advertí.
Bebí un brandy de muy
buena calidad directamente del decantador y Julien se estremeció. A veces creo
que soy demasiado para su sensiblería delicada. Probablemente porque yo no
tengo. Hizo bien en dejar de mirarme mientras volvía a descolgar el teléfono
para llamar a la redacción del Nocturnia Times, para ponerse al día sobre lo
que había ocurrido en su ausencia. Escuchó durante un rato y después frunció el
ceño y encendió el altavoz para que pudiera oír lo mismo que él. Por lo visto,
Brilliant Chang ya había averiguado qué había ido mal en la Fiesta de la
Eternidad y sorprendentemente yo había salido bien parado. La voz que había al
otro lado se decantó por los mejores momentos, consiguiendo sonar tanto
sorprendida como escandalizada, mientras se divertía inmensamente. Julien
asintió.
- Cuando vuelva
escribiré un especial sobre la defunción del Rey de la Piel. Será todo un reto
hacerle justicia.
- ¿Mencionarás en ese
especial que uno de los cofundadores de las nuevas Autoridades era en realidad
un asesino en serie, que se vestía con las pieles de sus víctimas?- dije
inocentemente.
- El Nocturnia Times
siempre dice la verdad- dijo Julien firmemente- Sólo que no toda, ni todo el
tiempo. En casos como éste, tal vez sea mejor dejar que la verdad vaya saliendo
poco a poco, para no… asustar a la gente. Por otro lado, si alguien saca cosas
en exclusiva no podremos ocultarlas. Dijiste que Bettie Divine estaba ahí…
Mierda. Voy a tener que equilibrar el bien con el mal. El Rey de la Piel hizo
cosas admirables en su época. Ayudó a fundar las nuevas Autoridades y
recordarás que luchó a nuestro lado en la Guerra de Lilith. Mucha gente
inocente sigue hoy viva sólo porque arriesgó su vida para protegerlos.
- ¿Inocente?- dije
alzando la voz- ¿En Nocturnia?
Continúa en lolabits
No hay comentarios:
Publicar un comentario